Tiranos, el Sabor Político del Futuro
- Pansimposio
- 30 jun 2020
- 4 Min. de lectura
La ciencia debería ser el mediador entre la naturaleza y la sociedad, apoyando a la emancipación del ser humana, aun así, en más de una ocasión se ha desvirtuado y a servido a dictadores y tiranos meramente como una herramienta de control más, y esto es lo que pasa tanto en Un Mundo Feliz como en Aeon Flux. Un Mundo Feliz fue escrito en 1932 por Aldous Huxley, autor de La Isla (1962), Contrapunto (1928) y Crome Yellow (1921), entre muchos otros. Por su parte, Aeon Flux fue dirigida por Karyn Kusama, quien también dirigió Girlfight (2000), Speechless (2012) y Destrucción (2018). En este ensayo se expondrá cómo tanto en Aeon Flux como en Un Mundo Feliz, podemos ver cómo la ciencia está íntimamente relacionada con las tácticas de control que las élites utilizan para mantener la estabilidad coartando la libertad y buscando mantenerse en el poder, mismo que será demostrado por los siguientes puntos: Hay una élite que busca mantener el poder; La estabilidad es clave para el funcionamiento de la sociedad; La ciencia es clave para mantener al régimen.
En las obras de ficción distópica, es común que haya alguna élite que no está dispuesta a perder su lugar bajo ningún concepto, y ni Un Mundo Feliz, ni Aeon Flux son la excepción; En Un Mundo Feliz se nos indica la existencia de esta élite cuando Helmholtz Watson y Mustafá Mond hablan, ya sobre el final de la obra, cuando Helmholtz pregunta: “Entonces ¿por qué no está también usted en una isla?” a lo que Mustafá Mond contesta: “Porque a fin de cuentas preferí esto. Me dieron a elegir: o me enviaban a una isla, donde hubiese podido seguir con mi ciencia pura o me incorporaba al consejo interventor, con la perspectiva de llegar en su dia a ocupar el cargo” (Huxley, 2019), aquí la élite son los interventores, los alfa más más, los únicos que realmente conocen ese mundo, pero ni ellos se salvan de la predestinación, pues esta es la que hace que Mond prefiera sobre cualquier cosa, incluyendo su ciencia, el cumplir con su destino, y mantenerse en la élite.
Mientras tanto, en Aeon Flux (Karyn Kusama, 2005), esta élite se ve reflejada principalmente en un personaje, Oren Goodchild, el hermano de el protagonista, Trevor Goodchild, y esto se nos revela cuando nos enteramos de que Oren no tiene intención alguna de regresar el mundo a la normalidad, quiere mantener a las personas sometidas a este ciclo de vida y muerte, para poder mantenerse en la cima de esta jerarquía.
Otro punto importante en ambas obras es la importancia de la estabilidad social, que es clave para que el régimen pueda mantenerse; En Un Mundo Feliz, nos explican uno de los pilares durante la conversación entre John y Mustafá Mond: John asevera: “...”a lo que Mustafá Mond responde: “Claro que sí. Pero este es el precio que debemos pagar por la estabilidad. Hay que elegir entre la felicidad y lo que la gente llamaba arte puro.” (Huxley, 2019) en esta cita Mustafá Mond explica que los interventores decidieron prescindir del arte puro, para mantener la estabilidad y la tranquilidad entre los ciudadanos.
Por su parte el secreto para la estabilidad en Aeon Flux (Karyn Kusama, 2005) es la persecución y ejecución de todo aquel que signifique peligro para la estabilidad, desde los revolucionarios, hasta a las embarazadas, quienes son quizá el riesgo mayo en una sociedad en que todos son infértiles y viven en un ciclo de muerte y redención, mismo que se rompería con un nuevo individuo.
Por último, otro de los pilares del régimen, y de los temas más recurrentes en ambas obras, es la ciencia, la cual es otra de las herramientas claves para que ambos regímenes se puedan mantener en el poder; Mientras que en Un Mundo Feliz es otra de las revelaciones de Mustafá Mond a los protagonistas, Helmholtz dijo sorprendido: “¿Cómo? ¡Pero si constantemente decimos que la ciencia lo es todo! ¡Si es un axioma hipnopédico!” Bernard implementó: “Tres veces por semana entre los trece y los diecisiete” y Helmholtz continuó: “Y toda la propaganda en favor de la ciencia que hacemos en la escuela” Mond insistió: “Sí, pero ¿qué clase de ciencia? Ustedes no tienen una formación científica y, por consiguiente, no pueden juzgar.” (Huxley, 2019), en Un Mundo Feliz idolatran a una ciencia que no es ciencia, una ciencia que no descubre nada, no porque no haya nada que descubrir, sino porque a los gobernantes no les interesa que haya más descubrimientos, la ciencia que les sirve, es la ciencia completa, una ciencia que ya no necesita nada más que repasarse.
En Aeon Flux (Karyn Kusama, 2005) su uso es más sutil, pues solamente se utiliza para clonar y revivir a la población, y para borrarles la memoria de vidas pasadas, disminuyendo así la incidencia en cuanto a revolucionarios se refiere, pero es igual de trascendente, pues la vida de uno de los protagonistas gira alrededor de ella, gira alrededor de la investigación para descubrir la cura de la enfermedad, y cuando Trevor la encuentra, Oren intenta deshacerse de él, porque al igual que en Un Mundo Feliz, la ciencia es lo más peligroso que hay para el régimen.
De esta manera se puede decir que los regímenes de Un Mundo Feliz y de Aeon Flux fomentan ciclo, o uróboro si se prefiere, en el que la ciencia se utiliza para mantener una estabilidad esclava, sin libertad real, y a su vez esta estabilidad, que es presentada como una estabilidad libre y feliz, es la excusa para ejercer un gran control a través de la falsa ciencia, ciencia de repetición, no de conocimiento, y que por lo tanto, no es ciencia; perpetuando de esta manera a élites que guardan un cachito de libertad solo para ellos y nadie más, pues en ambas historias estas élites son hereditarias, autoritarias e inquebrantables, pues en Un Mundo Feliz, ni siquiera las extremadamente extrañas, pero maravillosas, pasiones son suficientes para que acepten salir del ciclo, y en Aeon Flux, Oren traicionó a su propio hermano para poder mantenerse en el poder. Personalmente, considero que Un Mundo Feliz es una obra maestra, hasta el punto en que lo considero mi libro favorito, de entre todos lo que he leído; Esto contrasta con Aeon Flux, cuyo trasfondo me parece cautivante, pero su historia algo floja e incluso lenta en algunos momentos, por lo que yo la calificaría como una “montonera” que por concepto, tenía potencial de convertirse en una gran película.
- Diogenes (@Diogenes_Sino_P)
Comments